Hola
Gracias por sentirme en todo momento, por escucharme y dejarte guiar por mí. Se que ha habido momentos agradables y otros, no tanto; y aún así… sigues creyendo, creyendo en mí… en mí y en ti… en mí en ti.
Me reaviva tu fe en todo momento de la vida, tu devoción y tu entrega. Haces que crezca y cumpla mi misión de darle sentido a la vida.
Me ilumina este tono incondicional con el que me vives y experimentas, me alimenta para llegar a todos lados y en todo momento, pues me hace vibrar en esa dimensión en donde el tiempo y el espacio se disipan, donde el ego queda atrás y la unión es el único propósito para mí en ti y en todos tus hermanos.
Me encanta tu paz, como tierra fértil en donde disfruto florecer. Descuida, todos los frutos de tu jardín son bendecidos, por la misma presencia que me has permitido manifestar en ti, su semilla; siguen el mismo camino de luz, con el que los concibes.
Siempre estoy contigo… aquí… ahora… siempre disponible e inmenso para ti, listo para abrazarte desde dentro y llenar de calor tu alma y de luz tu existir, como lo haces conmigo.
El amor.