Había sucedido de nuevo: el mismo sueño justo antes de la hora en que nací, me hacía despertar a las 7:45 a.m. en punto, la hora exacta cuando mi madre me dió a luz. Al tratar de recordar el sueño, solo me vienen a la mente una especie de quirófano, en la que yo estaba en el centro y un grupo como de cuatro personas muy altas, estaban listas para hacer la intervención en mí. Lo que me despertó son las sensaciones en mi cabeza, sentía la presión, hasta cierto punto agradable de agujas metiéndose en mi cabeza en la operación que realizaban esos seres; todo fue sin miedo, ni estrés, en total calma y paz. Días después, ví en la portada de un libro, la escena que ocurrió en mi sueño; lo compré y describía mi experiencia en el sueño. Contacté al autor por correo electrónico pidiéndole su teléfono para conversar. Recibí una respuesta con un número telefónico indicado en el texto del mensaje, lo marqué y veo que mi teléfono celular me avisa de una llamada entrante, respondo y al escuchar la voz que respondía, desperté; eran las 7:45 a.m. en punto.
