Se quitó el maquillaje,
se quitó el traje;
comenzó la función.
Ella creía que la lluvia le daba tristeza,
hasta que observó
que primero se ponía triste y luego llovía.
Don Agustín vió al colibrí a los ojos,
el ave lo miró fijamente un instante y voló después;
el viejo supo lo que era el infinito.
Son geniales los tres, me quedo especialmente con el del maquillaje.
Un abrazo⚘
Gracias por leer y disfrutar. Igualmente, un abrazo.