Siempre fiel,
al amor que me trajo a la vida,
a la vida que me llena de oportunidades,
a los encuentros con mis hermanos,
a la energía que me despierta,
a la conciencia que abre mi mente,
al arte que mi interior alborota,
a la sensibilidad de mi alma,
a las letras y a las palabras
que dibujan escenarios
que admiro y a la vez
protagonizo.
Siempre fiel a lo que soy,
siempre fiel a lo que somos,
no hay más que ser libres
para encontrarnos así,
en total plenitud,
tal cual fuimos creados,
tal cual seguimos siendo
y seremos,
siendo uno de nuevo,
como siempre ha sido
y como siempre será.
Fiel a las risas,
que en mi vida nacen
al ver en mi mismo
la belleza de todos,
la divina verdad,
tan hermosa como innegable,
tan invisible como eterna,
tan grande como irrefutable,
y tan bella como la fuente
de la cual venimos
y a la cual vamos,
de la cual nunca nos hemos ido
y recordamos al compartir
la experiencia de esta vida,
que en los niños corre
y en los ancianos suspira,
que siempre dibuja
de colores varios,
las mañanas de ojos tiernos que brincan
y los atardeceres de un café que recuerda,
la bella compañía de quien nos elige por siempre
hasta el día en que se vaya
y deje aquí este cuerpo
que prestado es
y nuestro templo evoca,
eso sí, a lo que es
siempre fiel.