Solo basta un instante,
de tu risa desbocada
en mi corazón abierto,
que a tu luz se dispone.
Lo transformamos todo,
la realidad aparente
de un mundo injusto,
por un instante
del paraíso verdadero
que es juntos estar,
mientras ríes
y mi alma enciendes,
con tan solo ser tu
a mi lado una vez más.
Sé que seguirás viviendo
nuestros encuentros siempre,
que te conectan contigo,
contigo y con la fuente.
Es la voluntad del padre
manifestada en mi rol,
que seas feliz y que seas libre,
del cielo, el gran sol;
tan vivo y radiante,
tan lleno de vida,
tan infinito en cada instante,
como lo vivimos siempre,
en emociones trepidantes
de un juego que no acaba,
de un gozo eterno
que es encontrarnos juntos,
tal cual fuimos creados,
en la luz y en la alegría,
en la verdad y la gloria,
de sentir intensamente
lo que fuera de la mente,
es sentir y recordar
que cada instante juntos
es la vida y el amor
de una experiencia fugaz,
del más eterno existir
que enciende la chispa
de lo divino en lo humano,
como el pianista en el piano
somos el gran elemento
de esta vida y este ser
que experimenta crecer
y se encuentra con su padre,
cada que el corazón late,
cada que hay encuentros,
como éstos de nosotros,
que inspiran y guían
a todos hacia el amor,
que manifestado en todas las formas,
nos vuelven a la esencia,
a la verdad que libera,
y que siempre permanece.