Su despertar era tan nítido que siempre tenía una gran verdad al abrir sus ojos. La de ese día lo marcó para siempre: «No hay errores, solo aprendizajes.», no pudo más que levantarse y andar.

Su despertar era tan nítido que siempre tenía una gran verdad al abrir sus ojos. La de ese día lo marcó para siempre: «No hay errores, solo aprendizajes.», no pudo más que levantarse y andar.