Era solo una idea y la ejecuté: cerré los ojos, entregué mi mente y desperté. Ahora me leo.
Estaba lloviendo, y gota a gota descubrí la melodía, era la misma de aquella noche que nací. Cada vez que llueve, vuelvo a nacer.
No entendía porque estaba en esa situación que dolía, hacía de todo para salir de ella, hasta que comprendí que era mi proceso de transformación; y en ese instante, trascendí la distancia.