Te encontré,
de nuevo te encontré,
aquella vez, también supe que eras tú,
como un avance de una película maravillosa,
y ahora es innegable,
lo que dicta el corazón.
Y la vida vuelve a reunirnos,
las almas se reconocen
de otras vidas y otro mundos,
de otros lugares y otros tiempos,
de los planetas y las estrellas,
de otros cuerpos y al final,
el mismo amor,
ese que nos encuentra y nos conecta,
nos lleva fuera de nosotros,
para que lo que es… sea,
en libertad y con todo el brillo,
con amaneceres rosas
y momentos infinitos.
Nada más natural que los reencuentros,
esos que las miradas evidencían
y cuando a las mentes confunden,
se rinden ante la grandeza
de corazones latiendo en la misma frecuencia,
esa que conecta con la belleza,
destapa la poesía,
libera las mariposas en el estómago
y guía la vida al gozo y la plenitud.
¡Hola de nuevo!,
ya quería volver a sentirte cerca,
¿en qué nos quedamos?