Un encuentro más:
mientras narrábamos las historias
que nuestras mentes se contaban
acerca de como pasaba el tiempo,
nuestras almas amaban el momento
de estar juntas otra vez.
Los viajes nos encuentran,
nos recuerdan que es un viaje,
que es solo un vestido,
y que estamos de paso,
que somos la visita en este planeta.
De repente me dí cuenta,
que lo que hablábamos,
era solo una distracción
para que la mente diera paso al corazón,
y una que otra palabra esbozaba la verdad:
que seguíamos juntos,
unidos,
acompañándonos y abrazándonos,
en todo el camino,
en todo el viaje,
el viaje…
tal como querían las madres,
tal como lo miran los niños.