Presencia

Uno de los legados del 2020 es meternos en la sintonía del presente, de la incertidumbre, del ahora, del cambio, y convivir con ello, con la sorpresa de lo inesperado y usarlo sin importar que sea a favor o en contra, que al final, es solo la perspectiva de la misma acción de vivir el momento y encarnar el regalo. Si sale el sol como hoy, le pongo la cara para que caliente mis mejillas, tal cual me enseñan las flores que el día de hoy me regaló el jardín: se habían guardado como botones mientras los días eran nublados y despertaron hoy con el calor del día y el sol directo a ellas, se mostraron.

Lo que me encanta del presente es que existe independientemente del pasado, y el presente siempre es el origen de una nueva historia, ya sea que la quiera como continuación de una anterior, o una totalmente distinta, al final siempre es algo fresco que renueva mi existir. Y tal cual, simplemente puedo cerrar los ojos, inhalar profundo, exhalar suave, abrir los ojos y ¡ya está!, momento nuevo, la oportunidad nueva para ser quien quiera ser, para ser la vida a través de mí, ni siquiera tengo que pensar en quien debo ser, pues quien soy, ya lo soy; la vida ya fluye a través de mí y en todo momento soy físico, emocional, mental y espiritual, ¡en todo momento!, ¡en este momento!.

Desde el ser, vivo, vibro y atraigo lo que sigue: los pensamientos, acciones, palabras, sentimientos y todas las manifestaciones del movimiento; al avanzar, están siempre alineadas, sólo basta ser consciente de ello y lo descubro, mi cuerpo está aquí, sentado, parado, caminando, corriendo, lo que sea que esté haciendo, lo siento y soy consciente de la información que me da, un olor a sopa recién hecha, un clima cálido, el canto de los pájaros, el sabor del café que tomo, las letras que veo formando palabras mientras escribo, y este acto de conciencia me da presencia, presencia que a su vez, expande mi conciencia y soy consciente de mis sentimientos que siento y mis pensamientos que pienso, siento la electricidad en mí, la vida fluyendo a través mío y me llena de gozo, tan bendito el instante, tan pleno… un largo silencio… la paz.

La conciencia ilumina y muestra la verdad, y ante tal descubrimiento, el perdón se da como efecto inmediato y se diluye con lo ilusorio de la separación en la que residía, me descubro en todo y experimento la vida con conciencia amplia, en una sincronía absoluta que las altas frecuencias en mí, me muestran. Es el cielo en la tierra, el rey reinando.

(Foto de Atahualpa Irigoyen)

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