La evolución en dos formas: la conciencia y la inconciencia. Ambos caminos son válidos según sea el caminante, el camino de la conciencia se anda con la certeza de que todos somos uno y es el camino de la integración, de la unión, de la cohesión, de la unificación; y el camino de la inconciencia es para aquellos que necesitan reconocer la creación en ellos y genera posibilidades para esa creación. Si nos fijamos bien, ambos son parte de lo mismo: uno integra las partes en un retorno al origen y uno crea las partes viniendo del origen.
Podemos también verlos desde el servicio y el dolor, el camino de la conciencia, es un camino de servicio, en el que sirvo al todo y habito en él y el camino de la inconciencia, es un camino de dolor, en el que se sirven a las partes individuales, que al habitarse en ellas, se experimenta la separación.
Aún «sin saberlo», todos experimentamos ambos caminos y sentimos distinto al avanzar en ellos. Cuando estamos en servicio, manifestamos el amor al prójimo y al manifestarlo, encarnamos este ser único e indivisible en nosotros, el espíritu que es en todo y en todos: el Espíritu Santo, la Divinidad, el Universo, Dios; el resultado es un estado de paz, un estado de gracia derivado de la conciencia de quienes somos. Y es bien simple experimentarlo: hago algo por alguien más y de inmediato siento paz, ahí experimento el camino de la conciencia, ese de la unificación; y por el contrario, cuando hago algo buscando solo el beneficio personal, sin importarme a quien pise o atropelle en el camino, tal vez logre lo que buscaba pero inmediatamente busco algo distinto, es decir, hay una insatisfacción permanente que es en sí, un dolor que busca ser sanado, el dolor de sentirse separado.
Como en todo sistema, la energía creada para mantener tal sistema está orientada a la esencia. Veamos por ejemplo, el ciclo del agua: la energía que se mueve para que el aire forme las nubes, haya la condensación, llueva, el agua se filtre, se formen los ríos, se hidraten los seres vivos, se alimenten los mares, se evapore el agua y comience de nuevo. ¿Cuál es la esencia en el ciclo del agua?… el fluir, la manifestación de la vida a través del fluir.
Hay un equilibrio entre ambos caminos pues mientras uno crea y destruye (que es a su vez, otra forma de crear), el otro ordena y unifica. El camino de la inconsciencia genera escenarios donde los actores puedan manifestar la creación y el camino de la consciencia ordenando generando el equilibrio propio de un ente unificado.
En términos prácticos, siempre estás andando uno de los dos caminos, si estás sintiendo paz, estás en el de la conciencia y si estás sintiendo necesidad, estás en el de la inconsciencia, ambos danzando en la existencia de una vida que se vive a sí misma.
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Foto de Brandon Morgan