Más allá de las formas,
donde las esencias se nutren
y generan las realidades
que experimentan las almas…
ahí te amo.
Más allá de los planes,
con la atención puesta,
en lo que somos,
en lo que nos une,
en descubrirnos el uno al otro…
ahí te amo.
Más allá de la mirada,
en el abrazo sincero,
en la complicidad única,
de dos seres que se encuentran,
y se reconocen la pureza,
que los mantiene unidos,
con las ganas de vivir juntos,
una vida divina,
de naturaleza celestial,
que brilla con tal intensidad,
que abre los cielos,
y despierta en todos los seres,
la belleza de un sol resplandeciente
y el gusto por manifestar la vida,
honrándola con lo más bello
al servicio de lo más grande…
ahí te amo.
Y te amo siendo el amor,
que solo usó esta personalidad
para dar contigo
y recordarte con ternura,
de donde venimos
y a donde vamos,
de donde nunca nos hemos ido
a donde siempre pertenecemos,
este hogar que es esencia,
libertad y plenitud,
este hogar que se ilumina
al sentirnos juntos de nuevo,
este hogar que somos
cuando viviendo este amor,
elevamos la frecuencia
del instante pleno
y servimos a la vida,
con el poder de lo que somos,
más allá de lo entendible,
más allá de los conceptos,
de las letras y palabras,
desde la esencia más sublime,
que dispara nuestra existencia,
para que el amor se alimente
de la vida que lo vibra
en la inocencia de dos seres
que se acompañan al encuentro
que les muestra la verdad.